Estimado senador,
Como usted sabe, los gobiernos de Ricardo Lagos y de Michelle Bachelet acogieron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) respecto a la integración de formas de medicina alternativa (también llamada complementaria) con la medicina “oficial”. Usted puede encontrar esto en el sitio web de MINSAL: http://www.redsalud.gov.cl/portal/url/page/minsalcl/g_temas/g_medicinas_alternativas/medicinasalternativas.html
No obstante, en los años transcurridos desde la publicación del reporte de la OMS que hacía tales recomendaciones han ocurrido varias cosas importantes. Una de ellas es que el mismo reporte ha sido fuertemente cuestionado por la comunidad científica (e.g. http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140673605671590/fulltext). Otra es que recientes estudios (2009, http://www.bmj.com/cgi/content/full/338/jan27_2/a3115) han quitado base precisamente a la acupuntura, primera de las prácticas de medicina alternativa reguladas por el gobierno. A mayor abundancia, seguramente usted habrá leído cómo en febrero de este año el Parlamento Británico evaluó los resultados de un estudio comisionado sobre la homeopatía, llegando a la conclusión de que ésta no funciona, por lo cual no debe recibir ningún apoyo proveniente de fondos públicos (http://www.parliament.uk/parliamentary_committees/science_technology/s_t_homeopathy_inquiry.cfm). En el sitio web de nuestro MINSAL, en cambio, se menciona la homeopatía como parte de las “medicinas” que “se entiende que trabajan en forma complementaria”.
¿No le parece a usted que nuestras políticas de salud no están reflejando nuestro nivel de conocimiento actual respecto a estos temas, y que viendo el Decreto 123 (Diario Oficial del 26 de mayo de 2008) y el 42 (Diario Oficial del 17 de junio de 2005) parece que nos estamos moviendo en la dirección equivocada? Nos hallamos en estos días planteándonos una y otra vez que debimos escuchar a los científicos que anunciaron el terremoto que azotó a nuestro país hace poco más de un mes. Estos científicos han expresado que en gobiernos pasados han tenido mucha dificultad para llegar hasta las cúpulas de poder. Si la actitud hacia la ciencia mejora en el gobierno actual, esto no puede ser una cuestión acotada solamente a los problemas sísmicos sino que debe ser la base del planteamiento de un nuevo estilo de gobernar. Valorar la ciencia e integrar sus conclusiones es necesario en todas las áreas donde la comunidad científica tiene algo que aportar. La alternativa es necesariamente no haber hecho lo mejor posible para dirigir el país.
Le saluda cordialmente,
Eduardo Unda-Sanzana
[Carta enviada al senador Carlos Cantero el 4 de abril de 2010.]